Alim de Mostaganem escribió: ↑12 Ene 2020, 16:57
—¡ACOMPAÑADME! —grita Fabrizio a todo el Consejo—.
¡Enyra, trae a 12 de tus mejores hombres a las mazmorras, y ven equipada con tus mejores armas!
*La energía con la que reacciona
Fabrizio me deja perplejo durante unos segundos, no acabo de acostumbrarme a este vigor en nuestro señor. Parpadeo y contemplo el semblante decidido de mi viejo amigo. Cuando se dirige hacia la salida, me espabilo y le sigo junto al resto de miembros del
Consejo*
*Su nueva actitud desde su viaje con los lacustres y su mágica recuperación me hacen recordar tiempos pasados. Tiempos en los que todo parecía un poco más sencillo que ahora. Cuando nos cruzamos con
Drake en la salida, le hago un gesto para que nos acompañe y me quedo sumergido en mis pensamientos...*
Terrirorios de la Casa Forneustone, El Dominio. 30 años antes (I)
- Así que tu maestro es el
Archimago Gaio Stormenio *una sonrisa se dibuja en el rostro de mi acompañante* toda una celebridad en la defensa contra entidades malignas y brujos...
- Eso dicen... *digo parcamente, concentrado en que mi pipa de fumar no arroje tabaco sobre mi túnica de aprendiz y de que el caballo no provoque que el carro se salga del camino mal empedrado*
- Ya me habían avisado de que los enanos eran malos compañeros de viaje, pero hasta ahora no lo había podido comprobar... *el joven humano se cruza de brazos y apoya la espalda en el respaldo*
- Como aprendices, nuestras probabilidades de que concluyamos nuestra formación arcana son escasas y... *miro de soslayo al muchacho* todos sabemos lo que significa el fracaso. Por eso no me gusta entablar excesivos lazos con el resto de nuestros compañeros... no es nada personal...
- Para ser todavía un barbilampiño... hablas como un jodido viejo... *dice como reproche*
- Será porque tú tienes 17 años y yo 43... que sea considerado joven entre los de mi raza, no hace que el tiempo pase más rápido o no aprenda como lo harás tú cuando alcances mi edad...
*Por un momento, mi compañero se calla al fin. Contemplo el paisaje que nos rodea. Las extensas campiñas del
Dominio empiezan a dar paso a un frondoso y oscuro bosque a través del cual transcurre el camino. Chasqueo la lengua, no me gusta tener que abandonar los despejados paisajes en los que se puede ver cualquier amenaza desde la distancia*
- Mi nombre es
Percy, por si era de tu interés... *dice con tono de disgusto*
-
Percy de Los Arrozales, hijo de unos granjeros de las afueras de
Gahrkas, a quienes te compró el
Archimago Markus Stronford para que fueras su aprendiz, a lo que tus padres accedieron al ver la posibilidad de dar a uno de sus hijos un futuro mínimamente prometedor, además de solventar una carga... *miro de soslayo la cara de sorpresa de mi compañero* no destacas especialmente en las artes arcanas, lo cual puede deberse a que prefieres cortejar a las aprendices de la escuela más que a los libros... *doy una calada de mi pipa y expulso el humo al poco* que no me guste entablar lazos con el resto de compañeros, no significa que no me interese por saber acerca de quien me acompaña en mi primera misión en el exterior de la escuela...
*
Percy se cruza de brazos y asiente. Miro la carga que llevamos en el carro y vuelvo a mirar hacia adelante para no desviarnos del camino en este oscuro bosque*
- Debes sentirte orgulloso de la responsabilidad que nos han encomendado, llevar todo este material arcano al mago del
Consejo de la
Casa Forneustone para apoyarle en su misión de mantener a raya a los monstruos que asolan estas tierras, no es algo que se de a cualquier aprendiz en su primera misión... *
Percy murmura algo por abajo mientras mira en la dirección opuesta a mi*
*Los copos de nieve comienzan a descender. Son los últimos días de Nolendro y el frío ya se extiende por todos lares, como si persiguiera a los campesinos en sus últimas labores de recolección*
- Al menos venir aquí es mejor que ser enviados a los
Marjales de Omudax, tierra más ingrata hacia con los nuestros, jamás he oído hablar... *vuelve a musitar
Percy, esta vez siendo audible*
*De pronto, escuchamos un relincho y ruidos de combate. Un grito hace que unos pájaros abandonen sus ramas y alcen el vuelo. Nuestro percherón rebufa. Le insisto en que continúe, cuando un rugido monstruoso se escucha desde la dirección hacia la que nos dirigimos*
- ¡No me jodas
Leezar!¡No es nuestro asunto maldita sea!
*Lanzo una mirada acusadora a mi compañero. Los ruidos comienzan a ser más audibles*
- ¡Muere bestia inmunda! *grita una voz masculina, posiblemente perteneciente a un joven*
*Al cruzar un recodo del camino, la escena se extiende ante nosotros*
*Una bestia serpentina y alada, de gran tamaño, destroza el caballo y lanza a su jinete al suelo embarrado. Tres caballeros más se encuentran desperdigados por el claro junto al camino, algunos de ellos divididos en varias partes como sus monturas. La sangre tiñe de color rojo hierba y nieve por igual*
- ¡
Percy controla el caballo! *digo mientras le paso las riendas y bajo del carro de un salto para buscar entre los utensilios arcanos que transportamos*
*El muchacho está asustado, terriblemente asustado. Entona unas palabras y crea un
escudo mágico que lo rodea. El caballero se levanta a duras penas y recoge su espada del suelo. Nos lanza una mirada mientras se pone en guardia frente a la bestia*
- ¡Por
Ylathia! De toda la ayuda que podía recibir, tenían que ser dos malditos magos... *vuelve la mirada hacia el monstruo* no hay duda de que estoy bien jodido...
*El yelmo no permite ver el rostro del malhumorado y desagradecido caballero, pero su escudo sí muestra una llamativa heráldica*
*Al fin encuentro lo que buscaba. Sin embargo, algo parecido a una explosión me lanza por los aires hacia atrás. La bestia alada ha envestido el carro, tragándose de un bocado al paralizado
Percy y desgarrando la espalda del percherón. El caballero se lanza entonces hacia el monstruo, quien acababa de pasar de él para atacarnos. Me levanto a duras penas. El hombre consigue asestar una buena estacada a una de las membranas correosas de las alas del reptil volador. Tan sólo un segundo de reacción me permite generar un hechizo defensivo sobre el hombre, el cual amortigua la sacudida que la herida bestia le lanza*
*El caballero vuelve a estar en el suelo, ensangrentado y confuso. El
escudo místico que le he lanzado se disipa al absorber tal impacto, que de otro modo habría sido mortal. Por un momento, nuestras miradas se cruzan. Es entonces cuando desenrollo el pergamino que había buscado y entono las palabras arcanas que en él fueron escritas. La
sierpe alada se arquea hacia atrás para rematar al caballero. Termino de entonar el conjuro del pergamino y este se convierte en polvo. Tras un resplandor, ante nosotros se yergue una imponente estatua cristalizada, lo que antes fue un feroz monstruo, ahora se ha convertido temporalmente en un ser frágil; tan solo su cabeza sigue mostrando vida*
- ¡Deprisa, termina con el monstruo!¡El conjuro de congelación no durará mucho tiempo! *grito al caballero, quien en un principio contemplaba la escena desde el suelo confuso. La determinación y la valentía ante la adversidad parece volver a su cuerpo. Se levanta, empuña su espada con ambas manos y asesta un poderoso golpe sobre el cristalina cuerpo con toda su rabia*
*La bestia aúlla de dolor y miedo antes de morir. Cristales de hielo salpican todo el claro, teñidos de sangre*
*Me apoyo en los restos del carro e intento recuperar el aliento. Observo los restos de
Percy desperdigados por la zona*
- ¿Ahora comprendes lo que quería decir con no entablar excesivos lazos afectivos? *musito*
*Sin darme cuenta, el caballero ya está junto a mi. Se quita el yelmo y contemplo un rostro duro y curtido a pesar de su juventud*
- Me llamo
Fabrizio Orovecchio y te debo la vida... *observo su mano extendida hacia mi*
*Me adelanto para alcanzar a
Lord Fabrizio y ponerme a su altura.
Lady Scheziss también se encuentra junto a él*
- Con tanta prisa, no he podido comunicarte que
Mario, el chiquillo que sobrevivió al suceso de la torre y que se inmoló para destruir a la
Piadosa y el blasfemo
Grimorio de Gustaffon, ha vuelto a aparecer y me ha comunicado que...
*
Fabrizio se detiene y alza una de sus poderosos brazos para que guarde silencio*
- Ya lo sssssabíamosss
Leezar *dice
Scheziss* el muchacho también ssse pressssentó ante mí y ante nuesssstro ssseñor.
Mario aún tiene un papel que desssempeñar en todo esssto y essso ssserá pronto... *lanza una mirada cómplice a
Fabrizio*
- Luego hablaremos de todo esto con más calma, tras ver qué se esconde bajo
Piedrahundida *por un momento me esboza una sonrisa* y tengo en cuenta tu sinceridad, así como tus esfuerzos por ayudar a nuestra casa contribuyendo económicamente en los peores momentos, en buscar una cura contra las enfermedades que asolan nuestras tierras, en azuzar a
Alim porque siga en el buen camino y en que investigara los secretos subterráneos de la fortaleza y... bueno, otras muchas cosas que al final, compensan tus errores... *me da un golpecito en el hombro* pero como te digo, hablaremos de todo esto más tarde...
*Sin más, proseguimos hacia la dirección que los firmes pasos del
Señor de Piedrahundida nos guía*