Los jóvenes de Villa Musgosa no han cogido un arma en su vida, han vivido despreocupados de los posibles males que habitan este mundo ya que pensaban que estaríamos ahí para protegerles siempre que fuese necesario. Y eso es así, pero a veces la ayuda puede tardar en llegar. Es una lección que por fin han aprendido.Starkvind escribió: ↑03 Ago 2019, 00:04Restaurar el orden en Villa Musgosa os va a llevar unos días. Después de despedir la comitiva de Lord Fabrizio, que se encontraba en dirección hacia Altoviento, habéis estado ayudando a los Rizzo a recomponer lo que han destruído los hombres lagarto. Enyra se encarga de adiestrar, como buenamente puede, a los jóvenes más prometedores para que puedan levantarse en armas si vuelven los reptilianos, pero esto, como ya he descrito, os llevará días. Los aldeanos murmuran que, a media noche, la luna se tiñe de rojo y se escuchan los lamentos de los que han muerto en los marjales. Aunque ya no haya criaturas muertas vivientes rondando por las proximidades, diriáis que estáis escuchando susurros y lamentos mientras descansáis en Villa Musgosa.
Durante esos días que hemos pasado adiestrando y desengrasando a los más mayores muchos de ellos han estado viniendo a mi pidiendo unirse al ejército para poder limpiar su honra. Los he aceptado porque, aunque aún estén verdes en el tema de la guerra, nunca viene mal tener un apoyo, por pequeño que sea. Se quedarán atrás, en la retaguardia, apoyando a los míos. Ellos pensarán que están haciendo algo importante y estarán contentos por ello, cuando en realidad lo que van a hacer es no morir en vano.
Todo listo y preparado en la villa partimos seguros de nosotros mismos hacia la Torre de Gustafon. Alessia va a mi lado, como siempre.
Una figura humanoide nos espera erguida entre nosotros y la torre. Nos está esperando, sabía que llegábamos.
- Algo no va bien, Alessia. Prepara a las tropas.
Alessia frena el caballo y retrocede hasta los oficiales para ponerles en sobre aviso. Estos hacen lo mismo con los suboficiales y poco a poco el Ejercito de Piedrahundida va tomando posiciones.
A lo que Leezar le contesta:Starkvind escribió: ↑03 Ago 2019, 00:04Cuando vuestro grupo llega a la Torre de Gustaffon, el mago os está esperando en el recibidor. De pie, completamente consciente y con una herida supurante en su vientre. Los alrededores de la Torre continúan siendo esos humedales que ya conocíais, aunque el musgo rojo cada vez es más abundante. El mago fija su mirada en Leezar, y le hace únicamente una pregunta.
- ¿De dónde sale un arcanista tan despreocupado?
Antes de que podáis responder, el agua de las charcas cercanas se evapora de repente, y de la tierra seca y ardiente surgen esqueletos cubiertos de llamas, calaveras flotantes rodeadas por fuegos azules y cuerpos quemados que crujen con cada paso que dan.
- Soy Mogg'Shattoth. Arúspice de las Tierras yermas de Rasmalk y Conde de las Mil Torturas. ¿Cómo osáis entrar en mis dominios, mortales?
Abelio entra en frenesí y grita:Leezar Lockbruck escribió: ↑04 Ago 2019, 10:40- Es la hora de que vuelvas al oscuro pozo del que viniste y purifiquemos estas tierras de una vez por todas... *observo a Enyra y Abelio, girando la cabeza para hacer hincapié en el ejército que nos sigue*
Mogg'Shattoth parece no tenernos miedo.Abelio Floricarpio escribió: ↑04 Ago 2019, 20:14"Criatura impia!!! Que salió del vientre de una cucaracha a dentelladas!!! Matando al asqueroso bicho que fue tu madre!!! Sucumbe al poder de Ylathia la única!!!"
Levanto el códice de evangelios en lo alto y recitó textos de exorcismo y purificación de memoria a grito pelado.
Las tropas de Mogg'Shattoth comienzan a correr hacia nosotros. Doy la orden de ataque y nosotros corremos también hacia ellos. Aviso a los flancos para que cierren al ejército enemigo justo antes del primer encontronazo. El sonido de las espadas resuenan por todo el pantano como si fuese una tormenta. Nuestros hombres están entregados a la batalla al 100%, los esqueletos parece que estén enloquecidos y no los mueva más que la sed de sangre del mismo Mogg'Shattoth. Estamos igualados en número, eso es bueno porque significa que podemos ganar. Pero de repente la luz del día desaparece dejándonos en la más completa oscuridad. Durante unos instantes todos nos quedamos parados. El campo de batalla se tiñe de rojo bañado por la luna llena roja de la que tanto hablaban los aldeanos de Villa Musgosa. Los esqueletos vuelven a la carga, nosotros hacemos lo mismo, sin darnos tiempo a saber qué está pasando en realidad. El ser infecto que habita en el cuerpo de Gustaffon mete su mano en la herida que tiene en el vientre y rocía el suelo con su sangre haciendo que surjan más esqueletos y nuevos zombis que sin esperar nada se lanzan a la batalla. Una leve lluvia comienza a caer sobre nosotros. Juraría que es sangre, pero podría ser también el resplandor carmesí de la luna. Las tropas de Piedrahundida comienzan a dudar.Starkvind escribió: ↑06 Ago 2019, 04:49El ser demoníaco que se encuentra erguido ante vosotros no tiembla ante vuestras vacuas amenazas. Sonríe con crueldad cuando Abelio le muestra un tomo polvoriento de garabatos ilegibles.
— Sois unos necios al pensar que podéis oponeros a mí. Las palabras vacías de un mortal creyendo en un ente ficticio son entretenimiento. — hace un gesto con su brazo, abarcando su ejército de cadáveres en llamas. — ¿Purificarme? Una palabra demasiado poderosa para un aprendiz, enano. ¡Rendíos y servidme, o contemplad como arraso vuestras tierras con los fuegos de mil infiernos!
- ¡No caigáis en la oscuridad! ¡No podrá con nosotros!
Talento como Blasón: /roll2d10+4=20
Mis palabras, junto con las bendiciones de Abelio, calan en nuestras tropas llenándolas de vigor.
Tirada de Ejército: /roll2d10+6=17
Pero no parece que sea suficiente. El número esqueletos es mucho mayor que el nuestro. Ellos caen, pero nosotros más. Pisamos cadáveres que, con la escasa luz que hay, no sabemos si son nuestros o de enemigos. Un esqueleto me hace frente para distraerme mientras otro por detrás me atraviesa el costado con su lanza. El dolor no es sólo físico. No sé si me duele más la derrota o fallar a Lord Fabrizio. Todo parece estar perdido. El segundo esqueleto vuelve a lanzar otro ataque, que más o menos lo esquivo pero me alcanza en uno de los brazos mientras acabo con el primero. «Al menos este es un rasguño» pienso. Caigo al suelo de dolor, derrotada. O al menos eso es lo que piensa el esqueleto (si pueden llegar a pensar algo). Es una vieja estrategia, hacerte el muerto y que tu enemigo baje la guardia. En ese momento le asesto el golpe final. Me levanto apoyándome en mi espada. Con las llamas del cadáver de un esqueleto cauterizo la herida. Un grito de dolor. Arranco un trozo de tela de vete tu a saber de qué y me hago un torniquete. Alzo al mirada y veo que nuestro ejército tiene todas las de perder.
- Estamos jodidos...
Un grito de júbilo proveniente de mi espalda hace que salga de mi trance. Los aldeanos de Villa Musgosa, aquellos que había menospreciado, han encontrado un chamán Hombre Lagarto. Mogg'Shattoth se había servido de ellos para mantener activo el hechizo nocturno. Sin pensarlo dos veces los jóvenes que había instruido estas semanas se lanzan contra él matándolo. La luz, aunque es tenue, comienza a volver. Quedan más chamanes, pero este movimiento hace que Mogg'Shattoth quede perplejo y atónito.
Momento en el que Leezar y Abelio describen cómo acaban con él.